Todo lo que queremos conseguir en la vida sea una meta  profesional, económica o personal, debe de ir acompañado sin duda de una gran dosis de concentración, del aquí y ahora indispensables para alcanzar nuestro objetivo, estar aquí y ahora, se despliega como nuestro mejor aliado para acometer la  maravillosa Altitud que hemos diseñado.

En el entrenamiento deportivo, es aconsejable utilizar ese silencio interior para encontrar nuestra vía, nuestra maestría.

Estar conscientes implica que seamos pura concentración, que no nos extraviemos de nuestra Altitud, porque sabemos que existen en nuestro mundo muchas dudas, distracciones que luchan por sacarnos de nuestro centro, de nuestro búnker interior, que nos hacen vacilar y titubear de nuestro verdadero potencial, de esa fuerza que es la que produce la magia que nos eleva por encima de lo que oímos, de lo que nos cuentan. Estar atento es fundamental, ser tú con ello, lo que quiera que sea, es el plus para trasladarnos de la actitud a la altitud.

Todo pasa por prestar atención a nuestro combate interior. Nada es tan eficaz como saber cuál es nuestro nudo interior, qué cosas me cuenta, cuáles de ellas son sólo distracción y falacias. Pliégate, sosiégate y escucha lo que tu Yo interior tiene que decirte. Aislarse  para concretar cuáles son nuestros retos, no dispersarnos en el murmullo agónico de nuestra esfera loca que simplemente te manda información que no podemos confundir con nuestro Yo.Recuerda que somos como una gran autovía llena de información, pero no toda esa información es válida, no es clara , y por supuesto no podemos considerarla como la verdad absoluta para nosotros, simplemente haz una opción, sosiégate en tu silencio y discrimina, escucha, después tan solo ponte en marcha, seguro que es el camino correcto.

En el mundo empresarial y deportivo, es fundamental esa búsqueda en silencio, ese aquietamiento, esa concentración en tu aquí y ahora, indispensables para alcanzar la excelencia.

En el entrenamiento deportivo, es aconsejable utilizar ese silencio interior para encontrar nuestra vía, nuestra maestría, y aprender que no existe una única manera ni directriz en hacer las cosas, cada uno tiene el suyo tan solo hay que pulir los detalles.

No olvidéis que para conseguir nuestro objetivo es indispensable la concreción, el silencio interior como modelos de búsqueda de nuestra maestría personal. Una vez que hemos conseguido ese mimetismo, esa comunión interior, ya estamos preparados para volar sin red, para lanzar nuestro impulso a esa Diana con la confianza absoluta del éxito.