Carla es una bella mujer con un sonido envolvente en la voz, la escucho y me llega el aroma de esa tierra tan mágica y con sabor a fado. Le insto a que me cuente cómo y de qué manera decide convertirse en una jugadora de baloncesto, qué le movió un día a salir de su Santa Leocádia natal, en Tabuaço y llegar al sur de Portugal desde donde Carla comienza a imaginar la senda que le guiará a saltar de un lugar a otro en pos de un futuro que aún no se vislumbra.
-¿Por qué la jugadora número 13?
– Bueno, es la historia de mi vida, siempre era la mas pequeña que ascendía a jugar con el siguiente nivel y como llegaba la última pues me quedaba siempre con el 13. Después ya fue para mí como una señal de identidad: era la jugadora número 13. Sigue leyendo