Kini Carrasco: «Si yo puedo, tú puedes»

Hoy encuentro aun más aleccionante, si eso es posible, la historia de un incansable luchador, de un prototipo que esta seguramente en vías de extinción, estoy presentadoos, a quien no conoce a Joaquín Carrasco Ávila , o lo que es lo mismo, Kini Carrasco, triatleta, y poseedor de una motivación excepcional, como él dice, «la superación del cuerpo humano no tiene límites, acaba lo que empiezas, ¡tú puedes!«. Pero él que no siempre tuvo esa fuerza, se vio abocado a sacar lo mejor de sí mismo, todo un duelo: dejarse ir y morir, o salir del silencio sin colores que fue un día la vida de Kini.

Kini Carrasco en el PT3 Paratriatlón de Yokohama

Kini Carrasco en el PT3 Paratriatlón de Yokohama

Comenzó en el deporte con 13 años jugando a baloncesto en el Cáceres, sentía que su vida era lo que tenía que ser y disfrutaba de cada momento, soñaba con ser, con estrenar dicha cada día, hacer planes para una vida que, con 20 años le hizo un guiño, le invito a salir del camino y le desafió a ser otro, a vivir de otra manera.

– No recuerdo con claridad todo el accidente pero sé que me vi arrastrado fuera de la carretera. Lo siguiente que recuerdo es verme con un tercio de mi brazo izquierdo. A partir de ese momento se inicia toda una transformación, me veo obligado a replantearme de nuevo mi vida, lo que hacía antes ya no vale, a partir de ese momento hay dos opciones, o te hundes y arrastras a todos los que te rodean y sufren contigo, o comienzas a luchar, de una forma distinta, y esto lleva a transformarme en un «luchador» en alguien muy fuerte tanto físicamente, como mentalmente.

Le pregunto a Kini, cómo se afronta lo que, a mi juicio, es tan intenso emocionalmente como el Dolor.

– Verás, -me cuenta-, después del accidente mi umbral del dolor subió mucho, mentalmente, tuve que hacer frente al peor de los dos, que es el dolor psíquico, la ausencia de toda emoción excepto el miedo que te devora hasta que tras un intenso dolor uno se alza por encima de él, y te superas, ¿cómo? Mirando a los míos, ya no podía seguir en el basket, ya no podía lavarme la cara, atarme unas zapatillas, ponerme un pantalón, mi mundo desapareció, y tuve que buscar dentro de mí esa fuerza que me obligó a salir de donde me había escondido a llorar, a gritar y a preguntarme ¿porqué? ¿para qué?…

Oyendo a Kini me pregunto si solo hubo cambios y mejoras a nivel físico, me interesa cómo te cambia por dentro, qué resortes que uno no sabe ni que existen salen a la superficie como las ondas en un lago cuando lo agitamos. Qué necesidades se crean a partir de este momento y cuales definitivamente se pierden en la memoria.

Hoy puede que llegues el primero, eres el mejor, pero si no lo consigues, felicitas al que ha llegado primero

Hoy puede que llegues el primero, eres el mejor, pero si no lo consigues, felicitas al que ha llegado primero

– Hoy, después del paso del tiempo, me veo, me reconozco después de un tiempo en el que fue lucha, lucha y lucha por sobrevivir. Hoy, entiendo mejor a la gente, puedo trasmitirles que si yo puedo, tú puedes. Que lo que uno comienza tiene, debe de terminarlo, es cierto que la vida no regala nada, eso no existe, pero todo ese esfuerzo es lo que me ha hecho llegar a donde quería llegar, porque aprendí a no dar nunca nada por perdido. A partir de ese momento «intentarlo» es un mantra para mí. El accidente marca y cambia mi vida, se redefinen los límites, dentro de las posibilidades que tienes se puede intentar, se debe intentar y con toda probabilidad ¡conseguirlo!

Pienso que todos los cambios de ruta nos llevan a otros senderos que si bien están ahí, no los vemos. Cuántas personas encuentran en su nueva vida la esencia más preciosa que el ser humano puede ostentar, «conocerse a uno mismo». Para Kini fue correr, conocer un nuevo sector en el deporte para y enfocado en los discapacitados, y así llego con 23 años a unas paraolimpiadas de Seúl. A partir de aquí, Kini se reencuentra consigo mismo y con un mundo que si bien era nuevo para él, lo transforma para convertirse en parte de él. Me enseñó que hay que intentar siempre hacer las cosas antes de decirte a ti mismo y a los demás que no se puede, entendí que la vida siempre encuentra la manera de mostrarte el «cómo» y me convertí en deportista de triatlón, con varios podium y medallas a mis espaldas.

Me preguntaba cuál habría sido el «momento estrella» que supuso el generador del cambio, Kini prefiere contarme su momento «infierno»…

– El que me hace salir de aquí es darme cuenta de que no solo nos afecta el dolor a nosotros mismos, estamos tan embebidos que no vemos como están los que te aman, los que te rodean día tras día. El impacto de verte sin brazo en el espejo… no te reconoces, no sabes qué hacer con todo esto. A los pocos días estas poniéndote el pijama… Parece absurdo, pero algo que parecía tan sencillo antes, ahora cobra una nueva dimensión. Ahora has conseguido no minimizar el esfuerzo y los retos de los demás. Hoy puede que llegues el primero, eres el mejor, pero si no lo consigues, felicitas al que ha llegado primero, por delante de ti, le reconoces y te reconoces en el respeto por el esfuerzo y el trabajo bien hecho, mañana comienza otro reto.

Quiero saber qué piensa Kini cuando su día va dando sus últimos minutos, cuando toda esa capacidad de lucha y superación llegan a su fin, por hoy.

Kini Carrasco en el Campeonato de España de duatlón cross de Casar de Cáceres en 2013

Kini Carrasco en el Campeonato de España de duatlón cross de Casar de Cáceres en 2013

– Cuando acabo el día, cierro los ojos y doy las gracias por sentirme tan feliz, tan lleno, dentro de mi desgracia. La pérdida fue un nuevo nacimiento, probablemente pude morir en el accidente, y sentí que tenía una nueva oportunidad, estar en tres paraolimpiadas, ganar campeonatos de triatlón… La gente me pregunta a menudo, «Kini, ¿cambiarías tus éxitos por tener de nuevo tu brazo?». Y yo solo pienso en algo que viene a menudo a mi mente… ¡podría aplaudir!

Sé que ese es su mayor deseo, sé que sueña con ello muchas noches, poder aplaudir, algo que los que poseemos el inmenso regalo de poder hacer cuando deseemos. Y puestos a desear, deseo que, a cambio, puedas escuchar el sonido de nuestros aplausos, de todos los que consideramos que lo que dices y haces demuestra que… si yo puedo, ¡tú puedes!

4 pensamientos en “Kini Carrasco: «Si yo puedo, tú puedes»

  1. Muchas gracias por la entrevista,has conseguido llegar al interior de mis sentimientos y expresar perfectamente algo que es muy difícil!

  2. Me parece un articulo estupendo y un ejemplo a seguir.Cuando miles de personas escuchar quejarse de cosas absurdas y otras personas tienen problemas mas complejos y se lo toman como una nueva oportunidad de aprender algo nuevo.

  3. Me parece admirable y un ejemplo a seguir, por su actitud y su valor ante los nuevos retos que la vida le ofrece.
    Enhorabuena por tu blog Ana, de vez en cuando me meto para echar un vistazo. Me encanta.
    María

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