Ángeles López Aguilera: La Superación del «Efecto Meseta» en el deportista de alto Rendimiento

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Ángeles López Aguilera observando en una competición.

Conversación con Ángeles López Aguilera.

Escucho a Ángeles y veo cómo a través de sus palabras van surgiendo las emociones que le van dando sentido a lo vivido. Es como seguir el hilo conductor de sus sueños, esos con los que comenzó esta valiente mujer en el mundo del deporte, en su amado judo.

Ángeles llega al mundo del judo como por casualidad, ella se siente muy conectada con el deporte, practica distintos: tenis, atletismo, fútbol…pero cuando aparece el judo, Ángeles comienza a identificarse, a cobrar sentido su mundo, a tomar consciencia de qué le mueve y qué necesita para alcanzar un sueño que, con 15 años, se perfila cuando se abre el centro de Tecnificación en Cáceres.

Siempre me he preguntado cuáles son esas sensaciones que impulsan a alguien a construirse un sueño, a vivir y respirar por ese sueño.

«Siempre me ha gustado ganar, incluso cuando jugaba de pequeña con los amigos en el cole, es como sí me exigiera no conformarme, saber que si te esfuerzas y no te rindes, tienes unas posibilidades que los que abandonan, nunca tendrán«.

Ángeles va diseccionando a lo largo de nuestra conversación herramientas que, sin duda, son necesarias para alcanzar el éxito en la batalla. «No me gusta perder, siempre me ha gustado ganar, no conformarme, seguir luchando…». Son claves en el andar de esta deportista extremeña.

«Todos tenemos algo en nuestro interior que a simple vista no se ve, que existe a pesar del talento que posea cada cual, esa fuerza que necesitas para aprovechar las oportunidades que van surgiendo y que puedes perder si no sacas ese caudal, ese flujo que debe acompañar al talento, pero que no siempre esta presente en tu interior«.

«Las sensaciones que te llegan cuando ya no fluyes, cuando empiezas a pensar que no estás en el lugar adecuado, son como tonos de gris que te inmovilizan, te bloquean y comienzas a cuestionarte todo, desde el qué hago aquí, hasta tu propia valía, es una impotencia sentir que va pasando el tiempo y no ocurre nada, no encuentras la forma de salir de ahí, te ves bloqueada y sin orientación», eso que con el permiso de Ángeles he llamado «El Efecto Meseta» de un deportista que, como Ángeles, ha sido tres veces campeona de España, siente que le cuesta fluir, que lo que antes era puro instinto, se trastoca en inmovilidad.

«Es muy Importante para nosotros estar al 100%, con la mente puesta, volcada en la competición… ¡necesitas estar segura de ti misma y comienzas a no sentirte! Y surge el miedo. Miedo a creer que ya no puedes, a no encontrar el resorte que vuelva a colocarte en el flujo y, de repente, te das cuenta que a veces necesitas cambiar, que donde estás ya no te hace sentir seguridad. Realmente, aprendes de este efecto Meseta, a enfrentarte al miedo, hay que perder el miedo a que las cosas salgan mal, a uno mismo, aprendes que son buenos los errores porque te enseñan a estar presente».

«Todo este andar me ha enseñado a ‘perder’ en aras de un aprendizaje mayor, cuando sientes que no te salen las cosas te planteas ‘¿qué hago aquí?’… y sólo hay dos posibles salidas: o te vas , o aprietas los dientes y sigues… hubo un momento el pasado año que me planteé esto, ¿qué hacía aquí, en Cáceres? y reflexioné sobre la necesidad de un cambio, una vuelta de tuerca para cambiar la dirección del viento y, quizás, la necesidad de volver a conectar conmigo misma«.

Le pregunto cómo se siente ese efecto Meseta..

– Está todo a tu alrededor, como he dicho, con tintes grisáceos, todo se sentía intoxicado, donde no mejoras, donde la duda sobre ti misma se vuelve muy presente, a todas horas, y el deseo de escapar y huir se torna muy agobiante, te cuestionas, y ese momento crítico, por primera vez en tu vida, decides que quizás sea el momento de tirar la toalla«.

"Todo este andar me ha enseñado a 'perder' en aras de un aprendizaje mayor, cuando sientes que no te salen las cosas te planteas '¿qué hago aquí?'... y sólo hay dos posibles salidas: o te vas , o aprietas los dientes y sigues..." - Ángeles López Aguilera

«Todo este andar me ha enseñado a ‘perder’ en aras de un aprendizaje mayor, cuando sientes que no te salen las cosas te planteas ‘¿qué hago aquí?’… y sólo hay dos posibles salidas: o te vas , o aprietas los dientes y sigues…» – Ángeles López Aguilera

Es interesante en este proceso de indudable crecimiento personal, saber dónde y cómo busca uno sus apoyos, a la vez que decidimos si huir o seguir luchando.

-¿Cómo lo haces? ¿Cómo puede uno mantenerse a flote en esos momentos en los que nos vemos bloqueados y sin timón? – sigo preguntando a Ángeles.

Ángeles sigue hablando de su meseta y según habla se vislumbran las nuevas capacidades emocionales después del trance, el «después de la meseta» y escucho cómo dice eso tan manido y tan difícil de llevar a cabo

– Superar el miedo… superar ese veneno que sin darte cuenta comienza a comerte. Cuando caí ya estaba impregnada de él, lo tenía por todo el cuerpo y llenaba mi mente como si no existieran otros. El miedo copaba todo mi espacio y, por tanto, mi claridad estaba nublada. Todas tus expectativas se diluyen y pasas de ser tres veces campeona de España, de una gran autosuficiencia, a dudar de mí, de mis posibilidades y de mi fuerza. Oía dos voces, una que me instaba a irme; la otra se resistía a sucumbir.

«De repente me di cuenta que todo el mundo pierde y gana, se dan siempre y de forma constante en el deporte y en la vida, y te cuestionas: ¿qué va a pasar sí pierdo?, ¿qué pierdo perdiendo?»

¿Qué hace que busques fuera de tu autosuficiencia? – le hago la reflexión a Ángeles.

Su respuesta es reflexiva y tranquila.

Nunca, nunca hay que perder la conexión con tus seres más cercanos, la familia, los amigos, esos que siempre te alientan, te conocen y saben decirte lo que necesitas saber sin adornos, sin adulaciones y aduladores que siempre te dicen lo que quiera oír, sólo para seguir a tu espalda hasta que dejas de ser «alguien» como si en algún momento uno dejara de ser… simplemente «somos». Esa «familia» te ayuda a ponerte en el suelo, a no engañarte, y a recordarte algo muy importante: si caes, es porque eres humana; para llegar inevitablemente vas a sufrir, a desgastarte y a saber que para llegar te vuelves insaciable. No puedes ni debes conformarte. Y así vas siendo consciente de la pérdida del miedo, a no llegar , a no ser suficientemente buena… Y te apoyas en tus sensaciones más íntimas , esas que me decían, «no voy a conformarme, no voy a tirar la toalla. Yo he nacido para esto y voy a ir hasta el límite de mis posibilidades», que en ese momento ves ya infinitas. Y descubres que tenemos y debemos salir de la zona de confort, salir de la «meseta» y coger impulso, ahora más segura, más fuerte y ser consciente de tus posibilidades, de los sacrificios que hay a lo largo del camino. Sólo vemos el glamour, las luces de bohemia cuando estás ascendiendo la cima, cuando estás arriba. Pero pocas personas saben cómo es ese ascenso, a qué renunciamos, y cómo nos lamemos las heridas para después de sorbernos las lágrimas, volvemos a esa ilusión que un día nos despertó del sueño para llevarnos alados a por ello, sin ser aún muy conscientes de lo que quedamos en el camino porque nuestra mira está ahí arriba.

Nos sentimos plenos de confianza y como dice Ángeles de una autosuficiencia necesaria para atravesar el camino y salir de la » Meseta» cuando nos llega.

– Así me sentía cuando me llamaron de Valencia, y vi  una nueva oportunidad. Una voz interna me decía: ves, no tienes nada que perder, comprueba qué ocurre, cómo te sientes… y me atreví.

– ¿Qué viste, qué te atrapó de nuevo?

– Pues vi mucha gente, un grupo enorme de personas buscando lo mismo. Vi actitud. Sentí actitud, y pensé: «¡me la juego!, me vengo y a por todas, ya no tengo nada que perder»… y sentí como un vuelco, yo diría que mi emoción viró de color, desde el gris de la Meseta a un Verde que me daba impulso y alegría. Pasé de la apatía y el bloqueo, a la actitud «en verde» que me hacía poderosa por momentos. Descubrí que sin dolor no hay mejoras. Y volví a sentirme insaciable. Este deporte es muy duro, porque tienes que estar como una máquina y toda tu atención está enfocada en la competición.

– Como deportista ¿qué sacrificios además de los que has mencionado son necesarios en un deportista de alto rendimiento? – le pregunto a Ángeles, – ¿cómo vivís cabalgando entre entrenamientos, estudios y relaciones sociales?

– En mi caso, yo estoy estudiando tercer año de Ciencias del Deporte. Se puede hacer, sólo que hay que priorizar. Si estoy en competición, pues la carrera queda en un segundo plano, no la dejas, simplemente priorizas. Para mi es una ayuda, me he marcado un ritmo, hay dos oportunidades para los exámenes, te organizas y decides cuáles son tus prioridades en cada momento.

«La alimentación es básica en un deportista, comer de todo, esto sería la síntesis, y por supuesto mezclar muy bien la comida, no podemos olvidar que debemos incorporar alimentos ricos en minerales y vitaminas muy necesarios para tener el tono y la energía que requiere nuestro día a día».

Realmente escucho a Ángeles y me doy cuenta que la pasión con la que me habla del judo, enmascara todo ese sacrificio que obviamente lleva implícito esta carrera deportiva, pero ella me saca de dudas y me convence con un «¡yo me lo paso genial! Tengo una meta, un desafío, un sueño, y disfruto haciéndolo realidad».

– ¿Sabes?, esto es un trabajo de hormiguita, poco a poco, sigues y sigues, vas entusiasmándote día a día, y cuando te vas dando cuenta has pegado otro salto, has escalado otra cima.

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Ángeles López Aguilera con el puño en alto en señal de victoria

 

– ¿Cuál es el truco del éxito Ángeles?

– Para mí es sólo uno: el principio de repetición, hacer lo mismo, que no de la misma manera, una y otra vez, hasta lograr ese punto que te hace casi rozar la perfección.

Quizás todo éxito sea una mezcla de muchas cosas, pero sin duda hay una que está por encima de las demás: la perseverancia. Esa cualidad tan escasa en nuestra sociedad y que sin embargo, crea ilusión y concretiza éxitos, sin duda como nos muestra Ángeles, un valor que, aunque denostado en nuestra sociedad actual, sigue siendo una cualidad imprescindible en la vida de un deportista de alto rendimiento.

Sin duda Angeles López Aguilera, es un claro ejemplo de cómo alimentar y perseguir un sueño. Gracias por mostrarnos que sí se puede pese a esa carga de renuncias y sacrificios que inundan vuestro día a día, y que sólo en contadas ocasiones se conocen.

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