Hace algún tiempo, pude constatar que en realidad, somos parte de una gran cadena emocional. Cuando sentimos miedo ante lo desconocido, ante un nuevo reto que debemos enfrentar, con frecuencia nos sentimos desnudos y vulnerables e incapaces de afrontar el nuevo desafío.
En realidad, somos parte de una gran cadena, en la que ocupamos diferentes papeles, en los que en ocasiones nos enfundamos el papel de villano, en otras nos revelamos como auténticas víctimas. A menudo, estamos cómodos en los papeles asignados, sentirnos cómodos es un gran desafío donde todo dependerá en realidad de los que nos rodean y actúan como actores secundarios, casi siempre son ellos los que marcan el propósito en nuestra vida.
Las cadenas emocionales representan todo lo que podemos revelar en algún momento en nuestra vida. Asumimos que somos de una determinada manera, pero podemos y de hecho lo hacemos, transformarnos en otro , que para nuestra sorpresa ni siquiera conocemos.
Ser en un determinado momento un villano, sentir ira, rabia, es sólo parte y receptáculo de lo que somos y en algún momento mostramos. Somos lo que somos porque vivimos expuestos y contaminados por lo que nos rodea y así en ocasiones nos despersonalizamos y sacamos a flote otro yo producto del miedo y el temor a sentirnos solos, desamparados…
Mirarnos de vez en cuando en un espejo podría ser un ejercicio interesante, resaltar con muecas , como cuando eramos niños, los distintos estados por los que atraviesa la emoción, resaltar, exaltar hasta quedar rendidos por esa risa franca que nos recuerda todos los matices que poseemos y la amplitud de esa cadena emocional a la que pertenecemos y a la que tantas veces ignoramos.
Somos todo un esqueleto de matices , de colorido, con el que tendríamos que sentirnos en equilibrio pero optamos por ignorar aquellos que podrían ayudarnos a aprender, a permitirnos evolucionar, elegimos solo aquellos matices que nos hace sentir bien, encarados a los demás, porque en realidad, nos avergüenza reconocer que estamos hechos de luces y sombras.
En realidad ignoramos que sólo de la oscuridad más profunda surge la claridad más diáfana y la realidad más absoluta y sin ambas yo no sería yo, sería otro, pero nunca yo.
Si nos mostramos tal cual somos en algunas ocasiones y en otras no, cuando nos invaden pensamientos malos por que se producen? Porque sobreactuamos en nuestra personalidad? Como convatimos los miedos?
Sobreactuamos porque necesitamos gustar, sentirnos queridos , deseados y esa necesidad se ve aleccionada por ese miedo que en realidad es absurdo. El miedo es el que realmente nos aleja de la realidad de ser quienes somos, sin apariencias.
Ser uno mismo no es el mejor camino, es el único!!.